La organización internacional del reciclaje asegura que restringir el comercio internacional de materias primas secundarias pondría en riesgo la competitividad del sector y los objetivos europeos de economía circular.
El Bureau of International Recycling (BIR), organización que representa a la industria mundial del reciclaje, ha hecho un llamamiento a la Unión Europea para que mantenga un equilibrio entre la protección de su industria siderúrgica y el apoyo al libre comercio de materiales reciclados. Su pronunciamiento llega tras la publicación de una nueva propuesta de reglamento por parte de la Comisión Europea, destinada a proteger al acero europeo frente al exceso de capacidad global.
La propuesta incluye una reducción de los volúmenes de importación libres de arancel hasta 18,3 millones de toneladas anuales —un 47 % menos que en 2024—, además de aumentar al 50% el arancel al acero importado fuera de cuota e introducir un requisito de trazabilidad “Melt and Pour” para prevenir el fraude de origen. De aprobarse, la medida sustituiría al actual mecanismo de salvaguardia sobre el acero, vigente hasta junio de 2026.
Aunque el texto no contempla restricciones a la exportación de chatarra metálica, sí plantea un nuevo sistema de seguimiento de flujos comerciales que podría servir de base para futuras limitaciones. En este sentido, el BIR advierte que cualquier intento de restringir las exportaciones de materias primas secundarias pondría en peligro la competitividad del reciclaje europeo y los avances hacia la economía circular.
“Los materiales reciclados son vitales para la descarbonización de la industria metalúrgica y deben reconocerse como recursos estratégicos dentro de la economía circular”, subraya Alev Somer, directora de Medio Ambiente y Comercio del BIR. “Empoderar a los recicladores mediante el libre comercio, y no restringirlo, es clave para cumplir los objetivos climáticos y mantener la competitividad industrial”.
El sector recuerda que el acero reciclado permite reducir en torno a 1,5 toneladas de CO₂ por cada tonelada producida, además de un ahorro energético superior al 70 % frente a la producción primaria. Por ello, el BIR defiende que la UE debería centrarse en fomentar la demanda de acero reciclado mediante objetivos de contenido reciclado, contratación pública verde e incentivos a la producción sostenible, en lugar de recurrir a medidas proteccionistas.
La organización insiste en que el comercio internacional de materiales reciclados es esencial para el funcionamiento eficiente del mercado y que restringirlo podría provocar acumulaciones, distorsiones de precios y un uso menos óptimo de los recursos.