La directora general de transición energética y economía circular de la Comunidad de Madrid destaca que los millones de toneladas de residuos de construcción y demolición que se generan en la región ya “no son un problema, sino una oportunidad para recuperar materiales”.

Casi 200 profesionales del sector de los residuos de construcción y demolición (RCD) se dieron cita el pasado 21 de octubre en Madrid, durante la Jornada Técnica organizada por AGESMA, una cita que ya se consolida como punto de encuentro para técnicos, gestores y administraciones comprometidas con la economía circular.
El presidente de la asociación, Francisco Quero, fue el encargado de abrir la jornada. Lo hizo con una idea clara: profesionalizar y unificar criterios. “Hemos elaborado una guía muy completa donde poder ver tanto las aplicaciones como la manera de trabajar todos nuestros áridos”, señaló. Esa guía, añadió, “se ha adaptado a la nueva normativa de la Comunidad de Madrid” y pretende servir como referencia para técnicos y empresas que buscan garantizar calidad y trazabilidad en la gestión de materiales reciclados.
La primera parte del encuentro se centró en las políticas municipales y la aplicación real de la economía circular en la obra pública. Desde el Ayuntamiento de Madrid, Manuel de Pazos Liaño, Tomás García Sanz y Raúl López Santamaría compartieron experiencias sobre cómo la capital está incorporando el uso de áridos reciclados en su normativa técnica y en obras de competencia municipal. Su mensaje fue claro: los RCD no son un residuo cualquiera, sino una materia prima que puede volver al circuito constructivo con garantías técnicas y ambientales.
Una política estratégica
La segunda intervención corrió a cargo de Melisa Juanes La Veve, subdirectora general de residuos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Recordó que la Ley 7/2022 de residuos y el Real Decreto 105/2008 son los pilares actuales, pero el PERMAR marca un paso más allá: actualizar el marco normativo, impulsar el fin de condición de residuo, promover acuerdos sectoriales, elaborar guías de demolición selectiva y reforzar la inspección en las plantas de tratamiento. Un mensaje de fondo sobrevolaba su intervención: la gestión de los RCD está dejando de ser un trámite para convertirse en una política pública estratégica.
Tras la pausa del café, Jesús Vallés Gutiérrez, subdirector general de coordinación y economía circular de la Comunidad de Madrid, presentó el marco autonómico en materia de RCD y sus líneas de futuro. Su intervención sirvió como antesala a una de las presentaciones más esperadas del día: la de Manuel Salas, director del área de control de calidad y materiales de CEMOSA, que dio a conocer el Manual AGESMA de Aplicaciones de Áridos Reciclados para la Comunidad de Madrid, elaborado en colaboración con el Ayuntamiento y adaptado al Decreto 11/2024.
Salas resumió su mensaje con una frase que arrancó asentimientos entre el público: “¿Dónde se pueden usar los áridos reciclados? En los mismos lugares que los naturales.”
El ambiente técnico dio paso al debate abierto con la mesa redonda de colegios profesionales, que reunió a representantes de los arquitectos, ingenieros de caminos, aparejadores y arquitectos técnicos, junto con el propio presidente de AGESMA.
Durante la charla se repitió una idea: la circularidad no solo requiere normativa, sino confianza, formación y ejemplos reales. Y para eso, coincidieron, encuentros como este son esenciales.
Más de 10 millones de toneladas al año de RCD
El cierre de la jornada estuvo a cargo de Cristina Aparicio Maeztu, directora general de transición energética y economía circular de la Comunidad de Madrid. Su intervención puso cifras y contexto a la magnitud del reto: “Los residuos de construcción y demolición suponen aproximadamente el 48% de todos los residuos generados en la Comunidad de Madrid, frente al 35% de los residuos municipales. Estamos hablando de más de 10 millones de toneladas al año, frente a menos de tres millones de residuos urbanos.”
Aparicio quiso dejar claro que esos millones de toneladas “no son un problema, sino una oportunidad para recuperar materiales, reducir la presión sobre los vertederos, ahorrar recursos naturales y fortalecer una industria local de valorización que genera empleo y valor añadido”. También recordó que en Madrid “se ha reducido un 32% el volumen de residuos de construcción que van a vertedero” y que la Comunidad está preparando “un nuevo decreto para poner el acento en simplificar la gestión de residuos de construcción, ayudando a las empresas a hacerlo de forma más eficiente”.
Con la Ley 1/2024 de Economía Circular, subrayó, “se ha marcado un antes y un después, ya que por primera vez la economía circular se sitúa no solo como un objetivo ambiental, sino como una política económica de competitividad industrial”.
“Estamos integrando la circularidad en la contratación pública”, añadió, refiriéndose a la recién publicada Guía de Compra Pública Verde. “Esta guía permitirá a la región y a nuestros municipios incorporar criterios de sostenibilidad y uso de áridos reciclados en las obras y proyectos, reforzando el papel de la administración en la transición hacia la circularidad.”
Un plan específico para los RCD
Aparicio mencionó también el Decreto 110/2024 sobre el uso de áridos reciclados, “que fija las condiciones técnicas y de calidad para su utilización”, y adelantó la próxima actualización del decreto que sustituirá la orden APM/1007/2017. “Este cambio modernizará la gestión de los RCD y facilitará la valorización y la reutilización de materiales con procedimientos más simples y realistas”, explicó.
La directora general confirmó que la estrategia de Economía Circular de la Comunidad de Madrid incluirá “un plan específico para los residuos de construcción y demolición, con objetivos de recuperación, líneas de apoyo a la innovación y herramientas de trazabilidad”.
“En paralelo -subrayó-, estamos desarrollando una plataforma digital de trazabilidad de residuos, que permitirá seguir el recorrido de los RCD desde su origen hasta su valorización final. Será una herramienta útil para la administración, pero también para las empresas, porque reducirá burocracia y ofrecerá transparencia y confianza.”
La jornada concluyó con un ambiente optimista. El consenso entre administraciones, empresas y profesionales fue evidente: los residuos de construcción y demolición ya no son el final de un proceso, sino el inicio de una nueva cadena de valor.
Con guías actualizadas, legislación en marcha y una administración implicada, la Comunidad de Madrid se perfila como uno de los territorios más activos en la gestión circular de materiales de construcción. Un ejemplo de cómo la colaboración pública y privada puede transformar lo que antes era residuo en oportunidad.







