Las empresas a menudo tienen dificultades para equilibrar la protección de los derechos de propiedad intelectual con la difusión de sus innovaciones circulares.

Propiedad intelectual y economía circular

Durante décadas, los derechos de propiedad intelectual, como las patentes, han sido herramientas esenciales para las empresas, ya que permiten a los agentes innovadores proteger sus ideas y mantener una ventaja competitiva. Sin embargo, estas protecciones pueden ralentizar inadvertidamente el progreso hacia una economía circular más sostenible. A través de entrevistas con líderes del sector, una investigación de la Universidad de Utrecht, en Países Bajos, muestra que las empresas están encontrando formas innovadoras de equilibrar la protección y la colaboración.

Los investigadores entrevistaron a 20 expertos de 17 empresas reconocidas por su compromiso con la economía circular por el programa de premios «The Circulars». «Nos interesaba saber cómo abordaban las empresas las tensiones derivadas del uso de los derechos de propiedad intelectual con las innovaciones circulares», afirman las autoras Giovanna Capponi, Carolina Castaldi y Laura Piscicelli.

Observaron que muchas empresas se ciñen a las estrategias tradicionales en materia de derechos de propiedad intelectual. Si bien los derechos de propiedad intelectual pueden incentivar la innovación sostenible, también pueden entrar en conflicto con el objetivo a largo plazo de transformar la economía hacia un modelo circular, que da prioridad a la reutilización, la reparación y el reciclaje de materiales para minimizar los residuos.

Las empresas a menudo tienen dificultades para equilibrar ambos mundos: por un lado, proteger los derechos de propiedad intelectual como buena práctica empresarial y, por otro, difundir las innovaciones circulares como objetivo general hacia una economía circular. «Incluso los pioneros circulares suelen dar prioridad a las ventajas a corto plazo, lo que en última instancia ralentiza el cambio sostenible real en la economía», afirma Piscicelli.

Excepciones inspiradoras

«Las empresas que aceptan el reto intentan hacer todo al mismo tiempo: competir mientras colaboran y proteger los derechos de propiedad intelectual mientras difunden la innovación», afirma Capponi. Por ejemplo, estas empresas pueden proteger sus innovaciones circulares con derechos de propiedad intelectual, pero no hacerlos valer. O pueden colaborar con otras para lograr una mayor eficiencia en el sector circular, pero ocultar pequeños detalles para seguir siendo competitivas.

Las organizaciones ambiciosas pueden colaborar activamente en iniciativas con múltiples partes interesadas en lugar de competir, e incluso implementar un filtro ético para asegurarse de que trabajan con organizaciones afines. Una startup en particular comparte públicamente su innovación circular en artículos científicos, por ejemplo, lo que hace imposible que otros patenten la innovación, pero la hace accesible a todo el mundo.

Las investigadoras, que han publicado sus resultados en la revista Industry and Innovation, señalan que las empresas a menudo no cuestionan las estrategias estándar de derechos de propiedad intelectual y cómo estas contradicen el cambio sistémico a largo plazo. «Si los innovadores circulares siguen abordando los negocios como siempre se ha hecho, no se producirá un cambio sistémico transformador de la economía», afirman. «Sin embargo, las organizaciones que tratan activamente de conciliar los negocios y la responsabilidad social pueden servir de inspiración para otros innovadores circulares».

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