La Eurocámara aprueba su propuesta normativa sobre diseño, reutilización y reciclaje en el sector automovilístico con unos objetivos de circularidad menores que los planteados por la Comisión Europea «para evitar sobrecargar a la industria».
El Parlamento Europeo aprobó ayer martes sus propuestas sobre las nuevas normas de circularidad de la UE para abarcar todo el ciclo de vida de los vehículos, desde el diseño hasta el tratamiento final al final de su vida útil.
El proyecto de medidas tiene por objeto impulsar la transición del sector automovilístico hacia una economía circular, reduciendo el impacto medioambiental relacionado con la producción y el tratamiento al final de la vida útil de los vehículos, y reforzando la sostenibilidad de la industria del reciclaje de automóviles en Europa.
El texto contempla la aplicación de normas específicas a todos los vehículos, excepto a los vehículos especiales, los diseñados y fabricados para su uso por las fuerzas armadas, la protección civil, los servicios de bomberos y de urgencias médicas, y los vehículos de interés histórico y cultural especial.
Los vehículos nuevos deben diseñarse de manera que las instalaciones de tratamiento autorizadas puedan retirar fácilmente el mayor número posible de piezas y componentes, con vistas a su sustitución, reutilización, reciclado, remanufacturación o renovación, cuando sea técnicamente posible.
Los eurodiputados quieren que el plástico utilizado en cada nuevo tipo de vehículo contenga un mínimo del 20% de plástico reciclado en un plazo de seis años a partir de la entrada en vigor de las normas. También quieren que los fabricantes cumplan un objetivo de al menos el 25% en un plazo de diez años a partir de la entrada en vigor, si se dispone de suficiente plástico reciclado a precios no excesivos.
Asimismo, quieren que la Comisión introduzca objetivos para el acero y el aluminio reciclados y sus aleaciones, tras un estudio de viabilidad.
Normas más estrictas
Tres años después de la entrada en vigor de las nuevas normas, los fabricantes tendrían una responsabilidad ampliada del productor, es decir, deberían cubrir el coste de la recogida y el tratamiento de los vehículos que han llegado al final de su vida útil.
El Parlamento Europeo también quiere que se distinga mejor entre los vehículos usados y los vehículos al final de su vida útil, con una prohibición de exportación para los que se consideren vehículos al final de su vida útil.
Los eurodiputados de la Comisión de Medio Ambiente y de la Comisión de Mercado Interior, el danés Jens Gieseke y el lituano Paulius Saudargas, como ponentes del texto, declararon que a través de esta norma, el Parlamento Europeo está «promoviendo la seguridad de los recursos, protegiendo el medio ambiente y garantizando la sostenibilidad. Para evitar sobrecargar a la industria, hemos fijado objetivos realistas y hemos garantizado una menor burocracia y una competencia leal».
Dado que el Consejo ya adoptó su posición a principios de este verano, se espera que las negociaciones interinstitucionales comiencen próximamente, con el objetivo de fijar el texto definitivo.









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