Diversas organizaciones profesionales firman una carta conjunta dirigida a las autoridades europeas con seis recomendaciones clave para el sector, que incluyen inversiones en recogida, clasificación y reciclaje o la ecomodulación de las tasas de responsabilidad ampliada del productor.

Residuos de plástico
Residuos plásticos en una planta de reciclaje. Foto: RESIDUOS PROFESIONAL

La industria europea del plástico atraviesa una crisis de competitividad sin precedentes. Según una carta conjunta firmada por 28 actores clave de la cadena de valor, el sector podría perder cerca de un millón de toneladas de capacidad de reciclaje antes de que acabe 2025. La alerta no se limita al reciclaje: en 2023, la producción de plásticos en Europa ya cayó un 8,3% y la cuota de mercado global del continente se ha reducido a casi la mitad en dos décadas (del 22% en 2006 al 12% actual).

La preocupación es doble. Por un lado, peligra la viabilidad industrial de un sector estratégico que da empleo a miles de personas en Europa. Por otro, se tambalea la capacidad de la UE para cumplir sus propios objetivos de economía circular y neutralidad climática. La paradoja es evidente: en un momento en que se multiplican las metas de reciclaje y de contenido reciclado en productos plásticos, el tejido empresarial que debe hacerlas realidad se está desmoronando.

Seis recomendaciones para frenar la recesión

El documento remitido a los responsables políticos europeos desgrana seis líneas de actuación prioritarias:

  1. Combatir las importaciones de bajo coste y no conformes con la normativa comunitaria, mediante controles aduaneros más estrictos y medidas simétricas sobre plásticos vírgenes y reciclados.
  2. Impulsar la demanda de plásticos europeos de alta calidad con incentivos específicos y estímulos fiscales.
  3. Invertir en infraestructuras de recogida, clasificación y reciclaje, garantizando así el flujo de materiales reciclados.
  4. Ecomodulación de las tasas de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP), premiando la reciclabilidad y el uso de material reciclado.
  5. Acceso a energía asequible, un factor crítico en un sector altamente dependiente de los costes energéticos.
  6. Armonizar la legislación y reducir cargas administrativas, para evitar la fragmentación normativa que encarece la operativa empresarial.

Un riesgo sistémico para la circularidad

Más allá de la coyuntura económica, lo que está en juego es la propia estrategia europea de circularidad del plástico. Sin capacidad productiva y sin un mercado competitivo para los materiales reciclados, la transición hacia un modelo circular se convierte en un objetivo retórico. La deslocalización de la producción hacia regiones con menores exigencias medioambientales amenaza, además, con aumentar la huella de carbono asociada a las cadenas de suministro.

El riesgo es sistémico: cierres de plantas, destrucción de empleo verde, pérdida de inversiones en innovación y un retroceso en la credibilidad internacional de Europa como líder en políticas de sostenibilidad.

Un llamamiento a la acción

El mensaje de la cadena de valor es claro: el tiempo apremia. Si no se toman medidas urgentes, la UE podría perder décadas de avances en reciclaje y circularidad. Frente a la tentación de centrar el debate en prohibiciones y restricciones al plástico, el sector reclama un enfoque equilibrado que combine exigencias ambientales con un marco económico que permita a la industria seguir siendo competitiva.

El desenlace marcará no solo el futuro del reciclaje de plásticos en Europa, sino también la capacidad de la Unión Europea para liderar —o no— la transición hacia una economía verdaderamente circular.

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