Estas soluciones innovadoras deben servir para dar una segunda vida a los residuos procedente de los trabajos de construcción y demolición mediante su reutilización en el espacio remodelado.
La ciudad de Barcelona contará con dos pruebas piloto que generarán nuevos métodos y sistemas constructivos a partir de los residuos generados en las obras del espacio público. Estas son las dos propuestas ganadoras del “Mineral. Arquitectures de la mineria urbana”, convocatoria internacional de ayudas a la innovación impulsadas por la Fundación BIT Habitat, proyecto que cuenta con el apoyo de la Diputación de Barcelona con una aportación de 100.000 euros.
Estas soluciones innovadoras deben servir para dar una segunda vida a los residuos de los trabajos de construcción y demolición del espacio público, generando un nuevo sistema o método de construcción que defina cómo reutilizar estos materiales en el espacio público remodelado.
Uno de los proyectos ganadores es Spolia, presentado por el estudio de arquitectura belga Baukunst y el instituto de investigación suizo Structural Xploration Lab EPFL. Su propuesta consiste en la construcción con grandes piezas de residuos minerales de pavimentos urbanos, principalmente asfalto y hormigón, sin necesidad de separarlos o transformarlos previamente. El sistema que proponen utiliza un proceso simple y económico, que se adapta a las infraestructuras existentes y permite la producción de nuevos elementos de construcción de gran formato, como paredes o muros de contención. De esta manera, se minimiza el manejo de los materiales y, al mismo tiempo, la huella de carbono se reduce considerablemente. El resultado es una solución modular y prefabricada que abre la puerta a una construcción más circular y sostenible.
El otro proyecto es Grounded Futures, presentado por BC Materials, BC Architects, BC Studies, que trabajan en los campos de la arquitectura, la educación y la investigación vinculados a los nuevos materiales de construcción desde su sede en Bélgica. En este caso, se centra en la creación de nuevos materiales de construcción aprovechando los residuos minerales del espacio público. Esto se hace combinando la reutilización directa de residuos con el reciclaje de restos triturados, y utilizando un innovador aglutinante natural hecho de alginato, que proviene de algas marinas. El proyecto da importancia al reciclaje selectivo en el sitio y desarrollará diferentes tipos y formatos de materiales de acuerdo con los residuos disponibles, con el fin de reintroducirlos en el espacio urbano y así reducir la huella de carbono de los proyectos.
Las dos propuestas ganadoras contribuyen a la circularidad material y la descarbonización de las ciudades, ya que las obras del espacio público tienen un impacto en las emisiones de CO2, el consumo de recursos hídricos, la generación de residuos, la explotación del patrimonio natural (para la extracción de granito, piedra y otros recursos) y, en consecuencia, la conservación del paisaje.
En total, el reto ha recibido hasta 29 propuestas, de las cuales 11 vinieron de Cataluña, 3 de otros territorios del Estado, y 15 del resto del mundo, de países como China, Turquía, Reino Unido o Hong Kong. El proceso de selección de las propuestas se ha estructurado en dos fases. En la primera, se clasificaron seis equipos ganadores, que han recibido 6.000 euros en forma de premio por el despliegue de su solución. Posteriormente, en una segunda fase, se han seleccionado los dos equipos ganadores que recibirán una subvención del 80% del presupuesto de su proyecto, hasta un total de 150.000 euros por equipo, para que puedan ejecutar su solución innovadora.