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Los países de rentas altas son responsables del 64% de toda la basura que acaba en los mares y océanos, con Italia, Reino Unido, España y Grecia entre los cinco primeros contribuyentes.

La contribución europea a las basuras marinas
Los ríos son las principales vías por las que los residuos terminan como basuras marinas. Pixabay

Los ríos son los principales conductos por los que los residuos generados por la actividad humana son transferidos de la tierra al océano. Un nuevo estudio demuestra que los países europeos arrojan al océano más de 600 millones de macrobasuras flotantes (> 2,5 cm) al año. El equipo que ha realizado este estudio, compuesto por 22 instituciones de 12 países diferentes, demostró que el plástico es el principal material de desecho observado en los ríos de toda Europa.

Ocho de cada 10 residuos hallados son de plástico, incluidos los plásticos de un solo uso, como botellas, envases (como envoltorios de alimentos) y bolsas. Casi el 40% de la basura flotante son trozos de plástico (fragmentos de artículos más grandes), lo que significa que muchos artículos de plástico empiezan a fragmentarse en las cuencas fluviales antes de llegar al océano.

Turquía, una economía euroasiática de renta media-alta, es el principal contribuyente a la basura marina (17%) en la lista de países incluidos en el estudio. Y lo que es más importante, las economías de rentas altas se reparten el 64% del total de la carga anual de basura, incluyendo a Italia, Reino Unido, España y Grecia entre los cinco primeros contribuyentes.

«Nuestra evaluación demuestra que los países que supuestamente tienen las mejores estrategias de gestión de residuos no son capaces de impedir que la contaminación por plásticos llegue a sus cursos de agua y, finalmente, a sus mares», afirma Daniel González, investigador de la Universidad de Cádiz (UCA) y autor principal del estudio.

«Esto ocurre en un escenario en el que las economías de altos ingresos están aliviando la presión sobre sus sistemas exportando plástico a terceros países», añade Andrés Cózar, coautor del estudio y responsable del Laboratorio de Basuras Marinas de la UCA. Tras la restricción de las importaciones de plástico por parte de China en 2017, Turquía se ha erigido como uno de los mayores destinos de exportación de residuos plásticos europeos.

Recientemente, diversas ONG denunciaron que una parte importante de las exportaciones de residuos plásticos del Reino Unido a Turquía se vertían o incineraban, en lugar de reciclarse. Las economías desarrolladas son las que más residuos plásticos generan per cápita, y la exportación es una vía habitual para sus desechos de baja calidad.

«Dada la incapacidad de las economías de renta alta para hacer frente a sus propios residuos de plástico, las estrategias de mitigación deberían orientarse principalmente a reducir el consumo de plástico y evitar la generación de residuos», afirma Daniel González.

Más basura en los ríos pequeños

Otra de las conclusiones del estudio es que los grandes ríos llevan menos basura al océano que los pequeños. En Europa, alrededor del 70% de la carga anual de basura se canaliza a través de numerosas cuencas costeras «pequeñas» (es decir, cuencas menores de 100 km2).

Los autores explican esta conclusión basándose en dos argumentos. En primer lugar, los 32 países europeos y euroasiáticos considerados en el estudio incluyen las aportaciones de basura de 23.000 de estas pequeñas cuencas costeras, relacionadas con pequeños ríos, arroyos y torrentes intermitentes que se activan con las aguas de las tormentas. La emisión de plástico de cuencas menores de 100 km2, muchas de ellas muy pobladas, no se había tenido en cuenta en modelos anteriores.

«A diferencia de lo sugerido hasta ahora, nuestros datos muestran que el plástico emitido al océano es un problema que va más allá de un número limitado de ríos muy contaminados y de economías de bajos ingresos», explica Daniel González.

En segundo lugar, las mediciones sobre el terreno muestran que los grandes ríos son menos eficientes en la transferencia de macrobasura flotante al océano que las cuencas pequeñas.

El estudio se basa en la mayor base de datos del mundo sobre la aportación de macrobasuras flotantes fluviales al océano. Se han recogido más de 700 datos de seguimiento sobre el terreno en 42 ríos de 11 países de Europa, desde grandes ríos (como el Danubio, el Ródano, el Vístula y el Duero) hasta arroyos muy pequeños. Los grandes ríos europeos están muy regulados, lo que altera su caudal natural. El río Danubio tiene más de 700 presas y represas en sus principales afluentes, lo que hace que el transporte de residuos se mantenga río abajo hasta la costa», añade González.

«Lo más probable es que grandes cantidades de plástico queden atrapadas aguas arriba de las presas, varadas en las orillas del río o enredadas en la vegetación, a la espera de ser fragmentadas antes de continuar su viaje hacia el océano en forma de pequeños trozos y microplásticos, señala Andrés Cózar.

Así, la demostrada movilidad y persistencia de la basura plástica exige acciones centradas en la reducción de la fuga de residuos en su origen.

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