Expertos reunidos en las III Jornadas Ambientales organizadas por la Universidad de Barcelona reclaman una actuación inmediata para hacer frente a la contaminación que afecta a la mitad de los pozos de Cataluña.

«La contaminación del agua del subsuelo en Cataluña es una problemática real y grave, que hay que abordar y solucionar de manera inminente, implicando tanto a la administración como al sector privado». Así lo ha manifestado la quincena de científicos y expertos que participaron el pasado miércoles 28 de mayo en las III Jornadas Ambientales organizadas por la Universidad de Barcelona —a través de Alumni UB— y las bodegas Torres, junto con el meteorólogo y profesor de la Facultad de Física de la UB Tomàs Molina. Con el título «¿Por qué no podemos utilizar el agua de pozo en Cataluña?», la jornada reunió a más de 150 asistentes que pudieron conocer de primera mano la realidad del estado de las aguas subterráneas en Cataluña, el problema del exceso de purines y los modelos alternativos de gestión que han resultado exitosos.

Torres III Jornadas Ambientales
Las III Jornadas Ambientales reunieron en el Aula Magna de la UB a más de 150 participantes preocupados por la calidad del agua. Fuente. Universidad de Barcelona

Los datos presentados por el jefe de la Unidad de Caracterización y Control de Aguas Subterráneas de la Agencia Catalana del Agua, Josep Fraile, pusieron de manifiesto la gravedad de la situación: «De las 53 masas de agua subterránea que tenemos en Cataluña, 29 están en mal estado según los parámetros que marca la directiva europea. Concretamente, el 30% de estos acuíferos están afectados por nitratos». Según Fraile, «la contaminación de las masas de agua proviene principalmente de las explotaciones ganaderas, la agricultura intensiva y la actividad industrial y minera».

Esta evidencia arrancó el compromiso del secretario de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña, Josep E. Llebot, de adoptar una actitud proactiva para hacer frente a esta problemática. «Hace falta que la administración, no solo conozca el problema, sino que también actúe para gestionar correctamente los acuíferos y protegerlos, del mismo modo que fue necesario el reconocimiento del cambio climático por parte del Gobierno de los Estados Unidos para que se decidiera actuar», afirmó.

Un posible modelo de gestión de purines, el de Flandes

Kevin Grauwels, consejero asesor de Flemish Land Agency, expuso las políticas que se han desarrollado para gestionar el exceso de purines en Flandes (Bélgica). Unas políticas sustentadas en una estrategia integral que determina desde la alimentación del ganado hasta el almacenamiento y el uso de purines como fertilizante. Además, a diferencia de lo que pasa en Cataluña, los ganaderos —que cuentan en todo momento con el asesoramiento y apoyo de expertos— están obligados a gestionar ellos mismos los excedentes de purines.

La viabilidad de adoptar en Cataluña el modelo de Flandes fue uno de los temas debatidos en la mesa redonda, en la que participaron Jesús Soler, presidente del Grupo de Defensa del Ter; Ricard Parés, director de la Asociación Catalana de Productores de Porcino y profesor del Departamento de Nutrición y Bromatología de la UB, y Xavier Flotats, catedrático de Ingeniería Ambiental de la UPC. Soler defendió que «la problemática de la contaminación se centra en el modelo de explotación de las fábricas de producción porcina». El exceso de purines en Cataluña y los costes para gestionarlos —que, según el modelo flamenco, pueden llegar a los 20€/m3— pusieron de manifiesto la dificultad de lograr un equilibrio entre los intereses del sector porcino, que ve difícil asumir estos costes, y la salvaguarda de la calidad de las aguas y las tierras de cultivo.

La necesidad de encontrar alternativas a la gestión de purines que se hace en el Estado español también fue subrayada por María Félix, de Iberia Renovables, quien apuntó que la eliminación de las primas a las plantas de gestión centralizada de residuos las hace inviables económicamente: «La reforma eléctrica ha reducido un 40% las primas que cobraban las 29 plantas de gestión centralizada de residuos que había en España, hecho que ha comportado el cierre de algunas de ellas y, por lo tanto, graves repercusiones medioambientales, porque gestionaban 2,5 millones de toneladas anuales de residuos».

Una problemática mundial

La gestión del agua y el mantenimiento de la calidad son un problema de alcance mundial. Carlos Garriga, director de proyectos de la Fundación We Are Water, puso de manifiesto, con una serie de cifras impactantes, las consecuencias de la carencia de acceso a agua potable, que provoca «1,6 millones de muertes al año, la mayoría de niños menores de cinco años, y es la fuente de enfermedades muy graves, como el cólera, la salmonela, la hepatitis, la malaria o la malnutrición, entre otras».

La responsable de la campaña contra el cambio climático de Greenpeace, Aida Vila, reivindicó la necesidad de garantizar la calidad de los recursos hídricos, apuntando el peligro que para el agua subterránea supone la técnica del fracking, que el sector de los hidrocarburos está empezando a aplicar y que consiste en la inyección de grandes cantidades de agua y productos químicos al subsuelo para extraer petróleo o gas.

Los otros ponentes que participaron en la jornada fueron Jaume Boixadera, jefe del Servicio de Producción Agrícola de la Generalitat de Cataluña; Salvador Bueso, responsable del Departamento de Hidrogeología y Captaciones Subterráneas de Aqualogy; Jordi Garcia, director de Alumni UB; Miguel A. Torres, presidente de Torres, y Toni Mestres, presentador y divulgador de ciencia en programas de televisión, que moderó el debate.

I Premio Torres & Earth a la Innovación Medioambiental

Como novedad de este año, la tercera edición de las Jornadas Ambientales que organizan anualmente la UB y Torres incluyó la entrega del I Premio Torres & Earth a la Innovación Medioambiental, que nace con el objetivo de hacer conocer y premiar los estudios, proyectos, experiencias e iniciativas de los estudiantes que velen por la preservación del medio ambiente. Este galardón recayó en Marta Rusiñol, del Laboratorio de Virus Contaminantes de Agua y Alimentos (VIRCONT) de la UB, por el proyecto Trazar el origen de la contaminación del agua de pozo.

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