La firma valenciana Genia Bioenergy construye una planta de compostaje en Rumanía

La instalación, ubicada en el área metropolitana de Bucarest, tendrá capacidad para tratar hasta 60.000 toneladas de residuos al año.

La ingeniería energética valenciana Genia Bioenergy, especializada en la gestión y valorización de residuos orgánicos, junto a la compañía holandesa Sustainable Planet Solutions, ha cerrado un acuerdo para diseñar y levantar una planta de compostaje y estabilización en Dragomiresti Vale, una de las poblaciones del área metropolitana Bucarest (Rumanía).

La planta se encuentra actualmente en construcción y permite bioestabilizar la fracción orgánica de los residuos municipales por efecto de la digestión mediante bacterias aerobias. El objetivo de la planta es reducir los costes de gestión de los residuos urbanos en vertedero, brindando además la posibilidad de valorizar los residuos en un material con buenas propiedades para su uso agronómico. Esta planta supone una inversión de 2,1 millones de euros y estará operativa afínales de este mismo año.

Tendrá una capacidad para compostar 60.000t de residuos cada año y en la primera fase contribuirá a reducir los costes de la gestión de los residuos sólidos urbanos en vertedero en más de un 55%, ya que, una vez compostado, el resultado es un 50% menos en el peso de los residuos con una reducción de la humedad del material del 60% y una mayor estabilidad biológica.

La planta está basada en la tecnología de biosecado en túneles, con 12 túneles de compostaje de 26×5,5x5m en los que los residuos pasarán una media de 21 días para su estabilización. Una vez estabilizado, el material se someterá a un proceso de 10 días de maduración en pilas al aire libre con el objetivo de poder conseguir un compost de uso agronómico.

Según Bernat Chuliá, director de Estudios y Análisis de Genia Bioenergy y responsable del proyecto, “el diseño de la planta incluye un sofisticado sistema de tratamiento de olores mediante sistemas de captura en origen y biofiltros y un sistema de enfriamiento para adecuar la temperatura al rango óptimo de biofiltración que aseguran un mínimo impacto sobre su entorno. Para aumentar la eficiencia del proceso se ha diseñado un sistema de aireación por impulsión a través de inyectores en la base de los túneles y de una serie de rociadores en la parte superior para controlar la humedad y por tanto, la velocidad de degradación”.

Se trata de un encargo de la compañía rumana Rom Waste Solutions, que gestiona los residuos urbanos de Dragomiresti, así como gran cantidad de residuos orgánicos comerciales e industriales envasados, que se valorizarán en esta planta una vez retirados los envase (papel, plástico, bricks, etc.), que también serán reciclados y valorizados en la misma planta.

La localidad rumana pretende reducir con esta instalación de compostaje la generación de lixiviados en el vertedero que luego deberían de ser tratados o gestionados, y suponen un riesgo para la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas en caso de fallo de los sistemas de contención. Al introducir la materia orgánica estabilizada, se evitan problemas de autocalentamiento o de derrumbe de vertedero por disminución de volumen. Finalmente, aunque la mayor parte de los vertederos cuentan con sistemas de captación de gas, mientras no se sellan se están emitiendo gases de la descomposición de forma libre con el consiguiente impacto en la atmósfera en la emisión de gases de efecto invernadero.

Según Bernat Chuliá, el uso de la tecnología de biosecado/biodrying supone una solución para la valorización del residuo orgánico sólido que se podrá aplicar a las plantas de digestión anaerobia o de biogás para facilitar la valorización del digestato en un tiempo óptimo.

La ingeniería española Genia Bioenergy se encarga de la ingeniería del proyecto y sus procesos, así como del suministro del sistema de control y automatización de la planta, incluido el sistema de limpieza de aire. La holandesa Sustainable Panet Solutions aporta la tecnología de biodrying/biosecado.