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Nueve comarcas catalanas ya superan el 50% de residuos recogidos de forma selectiva, gracias a la implantación de modelos más eficientes como la recogida puerta a puerta.

Cataluña generó 3,8 millones de toneladas de RSU en 2017
Contenedores de residuos urbanos en Cataluña. Foto: RESIDUOS PROFESIONAL

El director de la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC), Josep Maria Tost, presentó recientemente los datos de generación de residuos municipales en Cataluña durante el año 2017. El año pasado se generaron 3,8 millones de toneladas de desechos, que corresponden a 1,4 kilos por habitante y día -509 kg / hab / año-. Estos datos están ligeramente por encima de la media europea -482 kg / hab / año- y a niveles similares a los de Finlandia, Francia o Holanda. Las cifras indican un aumento respecto al año anterior -1,36 kg / hab / día- en datos absolutos, aunque en un entorno de crecimiento económico.

La recogida selectiva ha aumentado un 7% interanual. Se trata del incremento más alto de los últimos cinco años, atribuible a una mayor concienciación ciudadana, a efectos de las campañas de sensibilización sobre la ciudadanía, al incremento de la dotación de las ayudas a los entes locales para el fomento de la separación de los residuos municipales -que el 2017 alcanzaron los 8,2 millones de euros para proyectos de prevención, fomento de la recogida selectiva de orgánica e implantación de puntos limpios-, a la implantación de sistemas de recogida más eficientes y a la subida del canon de los residuos municipales, establecido en 2017 en 30 € / tonelada destinada al vertedero y que actualmente se sitúa en 35,6 € / tonelada.

El incremento de los cánones sobre la eliminación de los residuos municipales se hace de forma progresiva y continuada hasta el año 2020 -hasta cerca de 50 € / tonelada si va al vertedero y de 25 € / tonelada si se incinera- para encarecer el coste de las opciones de gestión ambientalmente menos adecuadas y promover la prevención, la recogida selectiva y el reciclaje material.

Del total de los residuos municipales, el año pasado se recogió selectivamente prácticamente el 40%, es decir, 1,54 millones de toneladas, cifra que representa un aumento respecto al año anterior del 7%.

Todas las fracciones ordinarias que se recogen de forma selectiva han crecido. La que lo ha hecho en mayor medida ha sido el papel y cartón (+ 12,30%), seguida del vidrio (+ 10%), los envases ligeros (+ 4,69%) y la orgánica (+2,02 %). Cada persona entregó a los sistemas de recogida selectiva, de media, 51,1 kg de orgánica, 39,2 kg de papel y cartón, 24,2 kg de vidrio y 19,3 kg de envases ligeros.

Nueva Ley de residuos y recursos

Tost insistió en remarcar que «aunque el balance de recogida selectiva de todas las fracciones es bastante positivo, el último lustro su crecimiento ha sido estabilizado en porcentaje». Por este motivo, «hay que aplicar medidas que permitan alcanzar el objetivo de llegar al 60% en 2020, mejorando y evolucionando los sistemas, buscando la máxima eficiencia» .

El director pidió la «máxima colaboración ciudadana», que se verá recompensada con sistemas de pago más justo. También espoleó a los ayuntamientos, que tienen la competencia directa en la recogida, centrándose en las grandes ciudades, que «tienen campo para mejorar, a diferencia de pequeños municipios que llegan a niveles de entre el 60 y el 85% de selectiva». Es por ello, explicó, que » en septiembre se iniciarán los trabajos de elaboración de una nueva Ley de residuos y recursos que prevé incorporar instrumentos innovadores para el mundo local pueda para hacer frente a la gestión sostenible de los residuos».

Separación de la orgánica

La recogida de los restos orgánicos, la fracción clave para el éxito del modelo de recogida, ha sufrido un estancamiento considerable desde 2012. Para aumentarla, la ARC tiene en marcha la campaña ‘Si l’orgànica va al marró, bé! Si no hi va, no ve’

Como ocurre con las otras fracciones valorizables, para garantizar un tratamiento adecuado es necesario que estos residuos tengan la máxima calidad posible. En este sentido, la calidad de la orgánica en Cataluña está en torno a un 12% de impropios -materiales presentes en esta fracción y que no son compostables-, mientras que el objetivo fijado para 2020 es de un máximo del 10%. La calidad es esencial para diversos motivos, tales como el encarecimiento de la gestión, el desgaste de maquinaria y la menor optimización de procesos, pero especialmente porque incide en la calidad del compost que se obtiene de su tratamiento.

La fracción que presenta más impropios es la de los envases ligeros, donde se detecta el 30,3% de materiales que no corresponden al contenedor amarillo. Por el contrario, la del vidrio -con un 2% de impropios- y del papel y cartón -con un 6% de impropios- son las que la ciudadanía separa mejor. En total, la recogida selectiva neta queda situada en el 32%.

Las sustracciones, un 2% de la selectiva

El ARC estima que el nivel de recogida selectiva bruta, cuantificado en un 40%, puede ser realmente superior, y ha estudiado el impacto de las sustracciones de materiales en los contenedores, en especial, de papel y cartón. Según los cálculos, el año pasado se sustrajeron unas 166.591 toneladas de papel y cartón. Si las añadimos al cómputo total de datos, resulta que la recogida selectiva llegaría, como mínimo, al 42%.

Continúan llegando muchos residuos «canibalizados» en los puntos limpios, es decir, que se les han sustraído previamente los recursos de valor económico que contienen -básicamente algunos metales como el cobre- que afecta a la gestión de residuos municipales.

Menos residuos hacia los vertederos

En 2017 se gestionaron 2,3 millones de toneladas de fracción resto -la que no se recoge de forma selectiva-, un 0,91% más que el año anterior. El 28,1% ha ido directamente al vertedero, el 12,2% a incineración y el 59,7% se ha destinado a tratamientos mecánicos y biológicos antes de llevar el rechazo al depósito o a valorizar energéticamente.

En total, los residuos y desechos que han ido al vertedero el año 2017 han sido el 36,9%, mientras que en 2016 fueron el 39,3%. Desde 2014 esta cantidad se ha ido reduciendo por el efecto del incremento del canon, encaminándonos hacia el objetivo europeo de 2030 que sólo el 10% de los residuos vayan a vertedero.

Nuevo comarcas por encima del 50% de recogida selectiva

Nueve comarcas catalanas, dos más que en 2016, han recogido más del 50% de los residuos de forma selectiva. Han sido Osona, Terra Alta, Pallars Sobirà, el Moianès, la Segarra, el Montsià, Priorat, Conca de Barberà y el Alt Urgell. Osona, que encabeza el ranking, llega a recoger selectivamente más del 60% de los residuos, un 20% por encima de la media, consiguiendo el objetivo de recogida selectiva previsto para 2020.

Estos niveles se dan, en gran medida, gracias a la implantación de sistemas altamente eficientes de recogida selectiva. Es el caso de la recogida puerta a puerta (PaP), que realizan actualmente 158 municipios catalanes. Las previsiones apuntan a que en 2019 serán más de 200.

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